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jueves, 6 de noviembre de 2014

Despidiendo a un amigo

Hoy, hace un año, viví una de las situaciones de tristeza más profundas y que de alguna manera marcará siempre los espacios ocupados de mis recuerdos y vivencias. Como imaginar que puede ocurrir la falta, cuando se piensa que todo esta marchando bien; y es que la falta del compartir de 365 días de risas, experiencias, frustraciones y proyectos, esperando la respuesta ocurrente o de refranero tan característico que podía tener este querido amigo llamado Carlitos Vilchis, se ha tenido que conformar con ser llenado por los recuerdos y la nostalgia. Es por ello, que he querido hacer algo que se le da mejor a mi amada esposa, que es escribir y sobre todo de expresar lo que se siente.




Carlitos el Mexicano, como todos los que tuvieron oportunidad de conocerle. Amante a morir de los toros, tan así que hasta estaba inscrito en una peña taurina en Barcelona, donde hablar de toros no pasara de la decena en el lugar de donde vengo, incluso uno de sus sueños era visitar la plaza de toros de las Ventas de Madrid y torear un novillo en su cumpleaños 50. Fanático incansable de los Diablos Rojos de Toluca, me preguntaba como este hombre podía dejar de ver sin ningún problema un Clásico como Madrid v.s Barcelona pero imperdonable no ver la jornada x de la Liga Mx donde jugara su amado Toluca.

Poseedor de una capacidad como ninguna de otorgar apodo a cualquiera que pudiera respirar. Don Ruso, Doña Ruti,Don Popes, Farrybeli, Doc, Abuelitabeli, míster Tiger, la caballona, pichón, Hermelindo, superman, papitomi y cualquier otra cantidad que cada uno podrá recordar. Ya en la calle no puedo ver a ningún Gordo porque se me viene a la mente que seguro este debe pedir una hora de empanadas!, y es que empanadas fue el plato que mas le encantaba comer en la tierra que por cuestiones de su destino eligió. Sus cuentos y anécdotas que contaba con detalle pasmoso lo convirtieron en el copiloto ideal mientras nos desplazábamos en los largos trayectos que en ocasiones nos tocaba hacer. ¨Deeele Don Ruso que aquí espantan!¨ era su frase para arrancar cuando pasaba a buscarle o ¨tranquiilo no hay que desesperar! Hay que hacerle la luchita eeh¨ o esta otra fras para partirse de risa ¨nooo ese escucha burro y se le antoja viaje!¨. ¨Usted lo prepara así y... traas papa a dentro!!¨.

Carlitos me hablo de muchas cosas de su México, siempre que me echaba uno de sus cuentos quedaba tan impregnado de su entusiasmo por lo suyo que quedábamos planificando viaje a su querida Morelia. Tacos, carnitas, acompañar casi todas las comidas con rajitas o salsa verde fue una de las tantas costumbres que se me enseño. No faltaba una buena limonada preparada por el con un poco de naranja para refrescar mientras estuviésemos acalorados o el grito de ¨oohhjo¨ al primer sorbo de una cerveza bien fría.

Muy pendiente de los chiquillos, dándole siempre gusto sobre todo con chucherías y comentando que había que trabajar duro para conseguir el dinero para los regalos de navidad de los chavos. Siempre se esforzó por soportar estar lejos de su familia, sobre todo en las celebraciones de fin de año. Sin embargo, también demostraba mucha alegría porque se sabia acompañado y querido por todos nosotros

Si amigo, una huella muy marcada has dejado en muchos de los que tuvieron oportunidad de conocerte. Mucho lamento el que te hayas marchado tan pronto, mucho lamento no haber podido enseñarte las Ventas o tu haberme mostrado el centro de Morelia con sus cervezas y botanas. Créeme que siempre cada día existe un recuerdo de ti. Por ahora, Me despido Carlitos.